18 de agosto de 2010

El sexo ¿idioma universal?


Lamento el abandono a este sitio, pero he aprovechado para cogerme unas vacaciones, las mujeres también necesitamos un buen descanso, además que esto nos sirve para conocer lugares nuevos, y ¿Por qué no? También nuevas experiencias.
Lo bueno de tomar unas buenas vacaciones y trasladarte a otro país, es conocer su cultura, y la cultura que tienen los hombres de ese país determinado. Tener a la vista hombres completamente diferentes a los que sueles ver en tu propio país de residencia, y tener el placer de disfrutar de un nuevo… idioma.
Existe un idioma universal, y no se trata precisamente del ingles, es el idioma del Sexo, un idioma que todo el mundo sabe hablar y casi todos saben interpretar perfectamente. Lo bueno de viajar es poder dar con personas que sepan dialogar este idioma sin tener que usar otro.
Una de las experiencias que he vivido ha sido esa, tener sexo sin idiomas. Una de las cosas que me he podido dar cuenta es que, nos puede costar mucho expresarnos, saber usar las palabras adecuadas para determinadas situaciones, pero en lo que respecta al sexo, aun sin poder comunicarnos por usar un código diferente en los mensajes, en el sexo nos podemos comunicar sin ningún problema, en ese caso los problemas de expresión son mínimos.
Les contare mi experiencia, simplemente en un país donde no hablaban mi mismo idioma, estaba alojada en un hotel, solía entrar a la habitación muy pocas veces solamente para dormir (y muy poco) pero durante una ocasión me tropecé con un hombre; alto aproximadamente de 1,90 de cabello castaño oscuro, piel blanca pero bronceada, cuerpo muy bien formado, ojos color miel con un mirada muy intensa, con una edad aproximada entre unos 25 años.
Subimos en el ascensor juntos, no había nadie más, yo llevaba un vestido corto y lucia mis piernas también recientemente bronceadas, unos tacones altos y aun así solo le llegaba a la altura de sus pectorales bien formados, el no paro de mirarme las piernas a través de los cristales del ascensor, resulto que los dos pisamos el mismo piso y al salir pensaba que me estaba persiguiendo, y lo que ocurría es que él se dirigía a su habitación, que en realidad era exactamente la contigua. Esta tarde decidí quedarme en la habitación, y coger el sol en la terraza, que estaba justo al lado de la suya, y desde donde podía ver perfectamente parte de su habitación, estuve observando largo rato para asegurarme si había ido acompañado o solo. Durante toda esa tarde solo salió una vez a la terraza a fumarse un cigarrillo, no salió mas nadie sino el, por lo que deduje que podía estar solo (no sé si soltero pero si solo), al día siguiente decidí que no podía quedarme encerrada en una terraza simplemente esperando ver a un hombre, por muy guapo que fuera. Salí a dar un paseo, no sin antes hablar con la chica de la recepción, con la cual ya había estado hablando días anteriores y resultaba ser muy simpática. En medio de la conversación exprese mi curiosidad por mi adorable vecino de habitación, ella no pudo darme datos exactos pero me dijo que tenía 30 años de edad (por lo que es un hombre que se conservaba muy bien), me dijo que hablaba inglés y creía q era americano y que si había venido solo, porque en la habitación solo estaba registrado el.
Dos días más tarde volví a cruzarme con él esta vez, yo estaba en biquini encima solamente tenía una falda playera puesta pero muy transparente, en la parte de arriba solo el bikini, ya que venía de la piscina; el levaba una camiseta de asillas y unos pantalones cortos junto con cholas. Su miraba no paraba de desviarse de mi pecho. Justo antes de salir yo intente salir primero pero el bloqueo la entrada. Solo le mire a los ojos, y el acaricio mi brazo. Se dio media vuelta y entro en su habitación dejándola abierta, yo me quede de pie pasmada en el ascensor, el mientras tanto se quito dándome la espalda la camisa y sus pantalones, quedándose en bóxers, luego se quito también los bóxers luciendo así su escultural cuerpo, dándose la vuelta y cerrando la puerta, no sin antes mirarme de arriba para abajo.
Estuve de pie en el ascensor varios minutos más hasta que reaccione y entre a mi habitación. Salí a la terraza y me recosté en la tumbona, tratando de asimilar lo que acababa de ocurrir. Al rato y después de escuchar la ducha de al lado ponerse en funcionamiento y volver a apagarse, el salió sin camisa solo con una toalla que le cubría, y se fumo otro cigarrillo en la terraza, pero esta vez justo frente a mí, mirándome directamente y sin apartar la vista. Salí de la terraza, y decidí darme una ducha fría, iba a necesitarla después de lo que había ocurrido recientemente. Me desnude y entre a la ducha, obviamente la ducha estaba tardando más de lo que suele tardar una normal, pero fue interrumpida por un ruido, alguien tocaba la puerta, seguramente la de la limpieza pidiendo permiso para entrar. Salí de la ducha y me puse encima la toalla, abrí la puerta y mis ojos no podían creer lo que estaba viendo, delante estaba el, con tan solo unos pantalones cortos, sin camisa y solo unas cholas, me miro con la toalla puesta aun mojada de la ducha, y sus manos me sujetaron por la cintura y me llevaron a él, me comenzó a besar, acto seguido cerró la puerta y me quito la toalla. Fueron dos días de sexo, sin salir de la habitación, comencé a pensar que era adicto al sexo, pero eso me gustaba, no nos dirigíamos ninguna palabra, solo nos tocábamos y disfrutábamos del idioma universal, el sexo.